No puedo evitar leer "sadomagonorrea" o la versión cordobesa "sordomanogorria" (este epíteto asume que los sordos son mayormente infieles -de ahí que un problema de audición puede ser grave motivo de celos, salvo para las parejas de los "sordomanogorria", que no deberían tener motivos). Ahora bien: la palabra es realmente "sodomagomorra", por lo que quien la escucha mal puede ser acusado de infiel, salvo que se la aplique a sí mismo.
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